martes, 26 de enero de 2010

Ambigüedades

Ya te había dicho que eras poco claro, y ahora que tenemos seguidores queda demostrado. Pero ya conoces mi teoría: tu estrategia es que no se te entienda para que la gente imaginemos que nos das la razón, y así siempre estás bien con todos sin mojarte. ¡Pues no cuela! Queremos claridad, sin dificultades.
Bueno, ya está bien por hoy de críticas (que luego te machaco en persona, que me gusta más).

miércoles, 20 de enero de 2010

Cuento de la princesita y el principito

No es por hacer méritos como futuro papá, que tú ya sabes que pese a todo lo malo que tuve como pareja, este menda será un padrecito estupendo el día que lo sea (o al menos lo intentará con todo su empeño, que es mucho más de lo que hacen la mayoría). No es por méritos, decía, pero que tiene su gracia eso de explicar las cosas como si fueran cuentos...
Érase una princesita que vivía en un reino muy muy cerquita de nuestro blog, con sus margaritas y su castillito y su gatito (como es un gato de cuento, no arañará nada -qué listo el tipo que le puso botas a su gato...;-), y todas esas cosas que tiene la familia real, por más imaginaria y de mentira que sea. (Pobre niño, a estas alturas ya me lo tienes pidiendo hora en un buen psicólogo por culpa de su papi.)
En fin, érase nuestra princesa, guapa como ella sola (argh, qué pelota soy a veces, pero tú sabes que es verdad, eh -lo de guapa, decía, lo de pelota mejor lo olvidamos-), linda relinda, y la pobre, fatalmente, se enamoró dos veces del mismo principito (en realidad, el problema es que no se desenamoró del todo), un principito malote aunque de buen corazón.
El principito en cuestión se equivocó dos veces con la princesita. Digamos que fue un príncipe tonto, por decirlo suave. Tan tonto que rompió dos veces el corazón de la linda princesita.
Pero el principito no quiso hacerle nunca daño a la princesa. Ni tampoco quiere hacerlo ahora, porque sí, la quiere con toda su alma. Ya no entiende el cuento sin la princesita. Además, los dos saben que aunque el principito no era encantador, sí que estuvo encantado (de esos príncipes que son víctima de encantamientos que a veces los convierten en sapos y otras veces en ogros).
¿Ya te has dormido? Te comprendo. ¿No quieres saber el final de la historia? Princesita y principito siguieron caminando juntos con sus margaritas y sus castillitos... y hubo mucho mucho amor. ¿Sabes lo que dijo el Brujo Pirujo? Que descanses mucho, y duermas, que la historia del principito y la princesita no conviene escribirla hasta que el encantamiento no haya desaparecido del todo. ¿Y sabes qué más dijo? Que sí, que es posible conseguirlo, que con una maestra de la terquedad como tú, era fácil aprender a hacerlo... que nada era imposible...

martes, 19 de enero de 2010

Estresados

Últimamente estamos los dos algo estresados: tienes razón, no sólo por el trabajo, que tantas emociones también me están agotando, y para qué hacerte tantas preguntas o querer saber más. No salió bien. Eso lo tenemos claro, y sé que no quiero volver a intentarlo, porque a la tercera va a la vencida, en mi caso, significa que si hay una tercera vas a acabar conmigo, así que me lo ahorro.
Me encanta todo este movimiento en el blog, y que podamos parecerles interesantes a alguien, si lo nuestro es más un culebrón que nada, a ver si os engancháis al serial y podemos intercambiar guiones. Uf, eso no es una invitación a uniros al desastre, que luego Chico se mete conmigo porque soy una entusiasta, es sólo que me gusta mucho tener seguidores y que nos leáis, me hace sentir muy acompañada.
Gracias a todos.

martes, 12 de enero de 2010

Eu quero te - Ejercicios de Riñoterapia






De acuerdo, me quedó claro. "Eu quero te" viene a ser en portugués algo así tal como suena... que quiero té. Con lo bonito que sonaba nuestro te quiero en portugués...

En fin, voy a gruñirte un poco para que no parezcamos dos enamorados (que no lo somos por más que lo parezca, que ya me lo has dejado infinitamente claro), aunque quizá gruñirrrr sea lo que hacen precisamente los pitufos enamorados para llamarse la atención los unos a los otros.

Yo, como titiritero que soy, alehop, llevo toda la mañana buscando un motivo para reñir contigo un ratito (y trabajando también, no te pienses tú, que estoy medio estresao), por puro gusto; y tengo varias razones, faltaba más.

Pero he pensado una cosa mejor: que hoy (y por hoy me refiero al día que me leas, claro) podríamos aprovechar para saludar a todos los amigos que nos visitan y se "entrometen" cariñosamente (las cosas con cariño, que es de los pocos motivos que merecen la pena) en nuestra convivencia bloguera, y para declarar este hoy DÍA DE FIESTA (con globitos y pastel y risas), de BIENVENIDOS al nuevo año que compartimos y a este blog al que nos encantará que vengáis siempre que queráis, aunque no estéis invitados, a la hora que sea, traigáis o no traigáis el postre, con ganas de reír o de llorar, o simplemente de poner los pies en nuestro sofacito o de pensar a nuestro lado.

Y ya que estamos, te gruño un rato, que motivos no me faltan, no creas que iba a escapárseme, que luego si uno no hace deporte el cuerpo se entorrija y a ver cómo hace uno para enformarse de nuevo. ¿Que por qué te gruño? .............

Pues por seguir llamándome "cariño" tan de vez en cuando, por ejemplo. Que sí, que me gusta, pero grññññffffff. A ver si va a ser que no toca...

Tú puedes gruñirme por invitar a todo el mundo a casa, jeje. Grñfñfff! Bien fuerte!

Vaaaaa, gruñamos todos un poquito... Se aceptan ideas y sugerencias...

lunes, 11 de enero de 2010

Adelante

Es cierto, empecé el año con una sonrisa, contenta por estar viva y muy descansada, que ya me hacía falta. No, no se me ocurre mejor manera de empezar el año que entre tus brazos, a pesar de todo.
2009 fue un año que me conviene recordar, no porque fuera un buen año, así que en el 2010 tengo que haber aprendido la lección y reemprender la vida con una renovada sonrisa, con un aire nuevo de esperanza. Eso no significa que quiera apartarte de mí, todo lo contrario, sabes que siempre te querré (deja de preguntar por qué, es irracional).
Me encantó Lisboa, tenía un toque de decadencia que la hacía inolvidable, entre perdida y dejada, creo que por eso nos gustó tanto, porque en el fondo nos sentimos un poco así. En cuanto a lo del músculo, tengo que disentir, no es músculo, mi vida, son aquellas maravillosas fatías douradas (torrijas, in spanish) que nos zampábamos cada vez que podíamos: puro azúcar, no puro músculo.
Este año que empieza va a ser maravilloso, estoy segura, sólo tenemos que proponérnoslo, sonreír ante las dificultades y, tal como dices, caminar uno al lado del otro, ayudándonos, alegrándonos por lo que le ocurre a cada uno.
Te quiero.

jueves, 7 de enero de 2010

Empezáramos...

Chica, ¿se te ocurre una forma mejor de empezar el año? A mis tiritantos (tiripoquitos, digamos), aún no había probado nunca de empezar el año en la cama; bueno, en la cama sí (ejem), quería decir durmiendo. Me gustó, quizá no te lo dije, pero me gustó compartir contigo ese comienzo de año. Dormir, quizá soñar. Soñar, seguramente, lo empezamos soñando. Y me gustó que olvidáramos juntos las campanadas, y las uvas y todos los convencionalismos del mundo, y que empezáramos el año a nuestro modo, cogiendo fuerzas para embarcarnos al día siguiente en un avión hacia Lisboa.
Lisboa se parece mucho a ti. No sé si te lo dije. Me ha parecido una ciudad llena de encanto, especial. Probablemente, no es la ciudad más bonita del mundo, pero a quién le importa eso, a mí me lo ha parecido durante estos días, y desde luego yo no soy tampoco el viajero más bonito del mundo... Sabes que sólo nos dejaba de llover mientras viajábamos en metro, y aun así, pasear por sus calles y subir sus cuestas a lomos de un tranvía nos ha regalado momentos llenos de vida.
Mira que hemos andado por aquellas calles. Lo que hemos cogido en la báscula ha sido puro músculo, tengo que darte la razón. Menos mal que estamos hechos unos figurines (tú más, claro). No hablaré de mi dedo gordo del pie derecho (pobrecito) para no parecer achacoso, por aquello de que al mal tiempo (este frío polar que sólo me calma tu calorcillo) buena cara. Y contigo es difícil tener mala cara, porque ahora que no me escucha nadie te diré que me mimas como nadie más en el mundo sabrá hacerlo, y que me hace feliz compartir camino contigo.
Sospecho que al final no habrá viaje a Nueva York, y es una pena, porque hubiera sido bonito, ¿verdad, Chica? Pero ha sido una bonita forma de empezar este 2010, ya nadie nos podrá robar estos días a orillas del Tajo ni esos paseos por las nubes. Como dicen por ahí, todo es empezar. Este año nos coge ya de cuesta abajo, como dos niños que bajáramos por la nieve con una bonita sonrisa. Feliz año, Chica.

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